sábado, 27 de agosto de 2011

El no-rey

Hace mucho tiempo, tres hermanos se reunieron para repartirse la madre tierra.
Su padre les enseñó a gobernar así como lo hiciera su abuelo, así como lo hiciera un antepasado suyo muchos años atrás.
La leyenda de sus ancestros se convirtió en tradición y con cada generación se transmitian las costumbres sin plantearse si quiera los valores de cada uno. Sin embargo creció en "El" la convicción de ser él mismo.

El rey más mayor pedía las tierras del norte, por sus dulces pueblos. El mediano más ambicioso y menos inteligente queria el resto del jardín ocupando todas las tierras. El más pequeño se proclamó no-rey y tan sólo quería vivir en paz sin necesidad de poseer y se retiró sólo a una playa lejana del pacífico llevándose consigo a aquellos que le querían y creían en sí mismos. Allí quiso vivir ante la incomprensión de su hermano mayor que pasados 3 meses mandó buscarle enviando a las tres mujeres más bellas del reino.

La primera, la más joven creció siempre en la riqueza y conoció al joven en el colegio. Ya allí quedó prendada por él cuando éste le dijo: no deseo lo que tengo porque no es mio ni de nadie. Cuando sea mayor me marcharé a conocer este maravilloso jardín.
Las otras dos mujeres eran hermanas y quedaron fascinadas por el rey cuando éste las invitó a pasar una noche en sus aposentos y estuvieron hablando toda la noche de la belleza de los colores del cielo.

Cuando las tres mujeres llegaron a la playa lejana del pacífico el no-rey las recibió y les dijo: nadie es vuestro rey. Ahora vivo aquí, esta es vuestra casa. Tan sólo deseo vivir en paz en esta playa. La más joven le besó y él conoció en su piel el deseo. Al dia siguiente le visitaron las dos hermanas y también le besaron y su piel volvió a sentir el deseo.
El no-rey vivió con ellas durante muchos años y tuvieron muchos hijos que crecieron en paz.

Un dia, su hermano mayor les encontró y llevó preso al no-rey a la corte para suplir a su hermano mediano, que se volvió incapaz de llevar las tierras en paz.

Una vez allí el no-rey dijo:

-No soy rey.
Es un invento de un ancestro equivocado.
Quiero ser yo
Nadie es quien para gobernar la madre tierra, porque este jardín es de todos los que LA aman.
En vuestro mundo de inventos y costumbres irracionales no sé quien soy.
En vuestro mundo soy mudo y mis sentidos se duermen. Tan sólo quiero dormir, dormir para siempre.
Ya sabeis lo que eso significa
Dejadme en paz.

El no-rey miró al jardín y cayó desmayado.
Nadie sabe cómo, pero su cuerpo desapareció antes de rozar si quiera el suelo, sin embargo su ropa sí cayó.
Nunca volvieron a verle y nadie supo buscarle.
Sin embargo sus ojos están en cada flor del jardín observando la maravilla de los colores del cielo y cada parte de su Ser acompaña cada ola de esa playa del sur.


Post-data

Así fue como Kurt se despidió del mundo que vivía con tanta tristeza.
Escribió esta extraña historia.
Nunca la corrigió

Nunca lo convirtió en música ni maquetó la letra.
Empuñó su revólver y durmió para siempre.

1 comentario:

  1. ¿Debe un rey enloquecer si su pueblo está loco, sólo para poder ser entendido?
    ¿debe importarme que me llamen loco sólo por no ser comprendido?
    Pienso que no: eso me hace ser yo mismo

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